miércoles, 30 de enero de 2008

Los piratas de la globalización


La empresa finlandesa Nokia se va de Alemania porque produce más barato en Rumania. Es un crudo ejemplo de la globalización, el neoliberalismo y la economía dirigida por los popes del foro de Davos. En España, donde las nuevas tecnologías relacionadas con el móvil se reducen a los aspectos relacionados con su consumo, tenemos paradigmas de la deslocalización en sectores como el textil y el traslado de las fábricas a países más empobrecidos con costes de producción menores.

La solución a este problema no debe ser simbólica, como el llamamiento de los políticos alemanes al boicot a los productos de Nokia. Incluso alguno ha cambiado la marca de su móvil. No señor. Deben ponerle el cascabel al gato. Los gobernantes de Bochum, afectados por la deslocalización de la multinacional, tienen que reclamar a los responsables políticos de la economía germana la elaboración de una ley que impida a estas compañías beneficiarse de las subvenciones públicar y marcharse con la música a otra parte.

La Unión Europea, ésa a la que los ciudadanos dieron la espalda hace tiempo, debe elaborar una directiva que evite la acción de estas multinacionales y penalice la descapitalización. En España, los candidatos a la presidencia del Gobierno deben proponer una legislación específica al respecto. Es la única manera de controlar a los piratas de la globalización.

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