miércoles, 30 de enero de 2008

Todos los españoles somos iguales ante la ley

“...sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Lo dice el artículo 14 del capítulo II del título Primero, de la Constitución española de 1978.

Qué gran falacia política. Salvo excepciones, es la letra pequeña de nuestra Carta Magna. "Sin discriminación alguna por razón de nacimiento". Yo me siento discriminado por razón de nacimiento.

En los Presupuestos Generales del Estado no tengo una partida económica para mi uso y disfrute. Tampoco tengo a un Fiscal General dispuesto a garantizar que se respeten mis derechos fundamentales. Tampoco tuve la opción de estudiar en los mejores centros educativos, por la gracia de Dios. Tampoco tendré a una televisión pública dispuesta a difundir mis glorias y a dedicarme grandes espacios con elogios vacíos. Tampoco tengo la posibilidad de aspirar a ser jefe del Estado algún día.

Felicidades Felipe de Borbón, en tu 40 cumpleaños. Todos los españoles somos iguales ante la ley, salvo excepciones, claro está.

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