Comienzo un nuevo apartado para esta bitácora insertada en un mundo globalizado. Siguiendo el tópico proge "piensa global, actúa en local", abro en este espacio en la Red un hueco para contar los hechos que pasan en mi pueblo, Morón de la Frontera (Sevilla).
Morón cuenta con muchas semejanzas con Springfield, el pueblo norteamericano en el que está ambientada la serie de dibujos animados los Simpsons, una de las producciones más corrosivas y críticas con el estilo de vida norteamericano (Permítanme la licencia de fumarme ahora un Winston). Morón existe, como Teruel, y también como el pueblo estadounidense que podemos localizar en el estado de Oregon. De hecho, el propio guionista, Matt Groening, es natural de esta ciudad. Curiosamente también tiene una central nuclear.
El municipio español, andaluz y sevillano para más señas, no tiene central nuclear pero sí una base militar de uso conjunto hispano-estadounidense, uno de los ríos más contaminados de Europa (el Guadaíra), una de las canteras de piedra caliza más grandes de la Península, un sistema de servicios públicos en continuo desmantalamiento, un alcalde del PP ex apoderado de torero y una oposición prendida por su pasado... Que sigo y no paro. En definitiva, Morón es un pueblo en la frontera de nadie que muchos ubican en la provincia de Cádiz y en Internet en Argentina.
Una primera sugerencia: un autor y dos lecturas. El desaparecido escritor Francisco Rivero escribió Los días del Sur (1995) y El año solar (1997), dos desgarradoras historias ambientadas en un pueblo como Morón y publicadas por Ediciones B. Buen conocedor del terruño moronero, pues fue profesor del IES Fray Bartolomé de las Casas del municipio, siempre negó que sus historias fueran una parodia de la vida y los personajes del pueblo. Auque todo parecido entre realidad y ficción sea casualidad, la lectura de sus dos novelas ofrece un retrato arquetípico del pueblo en el que me crié.
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