martes, 5 de febrero de 2008

Políticos rufianes

La precampaña electoral de las autonómicas andaluzas comienza a adquirir tintes de esperpento. Sus protagonistas se empeñan en imitar las actitudes surrealistas de los personajes de las obras de teatro de Valle Inclán. Ver para creer en pleno siglo XXI.

Dios salve a Manuel Pizarro y le guarde su salud por muchos años. El ex presidente de ENDESA, adalid de la candidatura del PP al Congreso por Madrid, se desmarca con unas declaraciones dirigidas a los votantes andaluces en la que los anima a salir de la cultura del subsidio, una práctica que atribuye a las más de dos décadas de gobierno socialista. Corto de miras este Pizarro. No sabe que la mayor parte de los subsidios que llegan a Andalucía, tanto del Estado (que aún no ha pagado la "deuda histórica") como de la Unión Europea, van a parar a las alcancías de los grandes terratenientes, los de siempre, casualmente más cercanos idelógicamente al PP que al PSOE, algo que los socialistas tratan de corregir con la concesión de títulos de hijos predilectos.

El ex presidente de ENDESA fue incapaz de dar una buena respuesta a los cortes de suministro sufridos en Andalucía a lo largo del verano de 2004, tanto o más graves que los sucedidos durante 2007 en Cataluña. Ahora, el candidato del PP al Congreso es incapaz de renovar el discurso político que el PP tiene hacia Andalucía, lleno de tópicos, prejuicios e ideas que en 30 años de democracia sólo le han servido para sentarse en los bancos de la oposición del Parlamento. Con estas declaraciones los populares sólo pueden aspirar a seguir formando parte de la oposición.

Y eso que Manuel Chaves se empeña en ponérselo fácil. El candidato socialista se ha desmarcado también aceptando una propuesta para que en Andalucía se estudien todos los idiomas oficiales del Estado, cuidado en las escuelas oficiales de idiomas y no en las escuelas, como se ha tratado de manipular por parte de algunos medios y políticos. Con todo el respeto a esta iniciativa, se trata de un buen brindis al sol para desviar la atención sobre los verdaderos problemas del sistema educativo andaluz, teniendo en cuenta el fracaso del actual modelo, tal y como indican las conclusiones del último informe PISA.

Más que medidas de cara a la galería, el programa electoral del PSOE debiera ofrecer soluciones a los problemas del sistema educativo andaluz que pasan por mejorar las infraestructuras educativas, la motivación del profesorado, el nivel de los alumnos y alumnas y la oferta lectiva. Por cierto, el premio a la gestión realizada por la anterior consejera de Educación, Cándida Martínez, ha sido su inclusión como cabeza de lista de la candidatura socialista al Congreso por Granada.

Nada nuevo bajo el sol de la segunda modernización.

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