Coca Cola, inhumana

Los genios publicistas de las grandes multinacionales debieran hacer algún día un buen ejercicio de autocrítica, sobre todo dirigido a los directivos que les encargan las campañas publicitarias. En lugar de idealizar mundos felices, en plan dibujitos animados, o de idolatrar a potenciales consumidores como las amas de casa tendrían que retratar a sus propios clientes, es decir a los que toman las decisiones sobre la actuación de compañías como Coca Cola en Colombia.

En el país andino, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentos (SINALTRAINAL) ha expresado su preocupación por los accidentes que han provocado la muerte de varios trabajadores en las diferentes embotelladoras de Coca Cola en Colombia.

Son frecuentes y habituales las vulneraciones de los derechos laborales y también de los derechos humanos que llevan a cabo empresas como Coca Cola en países del Sur como Colombia. El tratado de libre comercio que el dúo dinámico Bush y Uribe pretenden sacar adelante antes de que toque la bocina de la presidencia del líder neocon norteamericano pretende consagrar este tipo de prácticas.

Tal vez si esos acuerdos protegieran los derechos de la clase trabajadora cambiaría también la percepción que los ciudadanos tienen de los TLCs y sí tendrían validez, más allá de fomentar un libre comercio sin restricciones ni miramientos.