lunes, 21 de abril de 2008

Fernando Lugo esperanza a Paraguay

En Paraguay el obispo progresista Fernando Lugo, líder de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), ha logrado la hazaña de terminar con 61 de gobierno absoluto del Partido Colorado. A partir del 15 de agosto, fecha en la que asumirá de forma oficial el cargo de presidente para un período de cindo años, se abre un tiempo de esperanza para uno de los países más pobres de la región.

El triunfo del discurso progresista de Lugo en Paraguay potencia el giro a la izquierda en los gobiernos de la región, tal y como ya ha ocurrido en Bolivia, Ecuador, Guatemala o Perú, recientemente, o, con anterioridad, en Uruguay, Chile, Brasil o Argentina, con años de experiencia de ejecutivos de izquierdas. Este fenómeno sólo mantiene las excepciones de México y Colombia, gobernados por presidentes de ideología conservadora.

Sin embargo la tarea que tiene por delante el denominado "obispo de los pobres" es ímproba. Debe responder a las expectativas creadas entre la población de manera inmediata si no quiere defraudar a la opinión pública, muy volátil en estos casos. Debe hacer frente a las dudas generadas por su discurso progresista en los ámbitos de poder. Debe afrontar el desafío de la oligarquía que ha gobernado Paraguay durante más de 60 años. De hecho, el Partido Colorado ya ha anunciado una "férrea" oposición. Por último, debe tratar de salir indemne de las acciones desestabilizadoras de su gobierno que probablemente emprenderán las multinacionales y las potencias regionales como Estados Unidos, si atendemos a la actuación de estas fuerzas en otros países como Bolivia.

Tras anunciar su triunfo en las elecciones, el futuro presidente de Paraguay, Fernando Lugo, afirmó que los resultados de los comicios demuestran "que los pequeños también están capacitados para vencer". Toda una declaración de intenciones.

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